Hace unos días se me pasó por la cabeza comentar en X (antes llamado Twitter) que tenía frío. Y lo expresé preguntando si les parecía normal que un 2 de mayo en Madrid, a las 10:32 de la mañana tuviéramos 9 grados.
Casi 780 mil impresiones y más de 500 respuestas después, he sacado algunas conclusiones, además de la obvia: cualquier comentario trivial es más susceptible de despertar curiosidad que la mejor de las reflexiones serias.
La mayoría de las respuestas son recordatorios de la sabiduría popular: hasta el cuarenta de mayo, ya se sabe y cuando marzo mayea, ya se sabe también. Para mí no es normal tanto frío el 2 de mayo, soy friolera de nacimiento y desde hace un tiempo soy aún más sensible a las temperaturas. Algunas personas me recordaron la vez aquella que vieron nevar en nosedonde (mi primo del pueblo me contó que una vez, en mayo, nevó en Jaén). Nada de eso me quitó el frío. Pero todas esas personas fueron muy respetuosas.
Sin embargo, otras muchas personas interpretaron mi comentario (presuntamente inocente) como una reivindicación de la lucha contra el cambio climático, que no sé de dónde se sacaron. Y ahí me han caído algunos insultos. No. No me han molestado. Boba, charo, son leves. Hace falta mucho más para que me cabree. Especialmente ahora que han cambiado mis prioridades y me cuesta sentirme ofendida porque casi todo me importa una higa.
Ese run-run me ha descubierto de manera muy evidente la enorme crispación de la sociedad tuitera (o X). Cualquier comentario es susceptible de ser interpretado en concordancia con tu cabreo: pro o anti cambio climático, pro o anti lo que sea. Y yo sólo tenía frío.
Comentaba con una amiga tuitera que esa crispación en normal. Y eso me dejó muy pensativa porque creo que es lo que buscan. Mantenernos divididos y enfadados con todo y todos. La crispación te lleva a rechazar cualquier cosa que se suene a woke, facha, azul o rojo, sin mirar el contexto. Y se ríen tanto de nosotros en nuestra cara, que sentimos la necesidad de responder exageradamente, con agresividad cuando y a quienes podemos. Proyectamos en X lo que rumiamos durante demasiado tiempo, años ya.
Y no sólo hablo de quienes nos gobiernan. La oposición también nos la ha jugado. Esa orfandad cabrea.
¿Se puede hacer algo? Tal vez enfocar esa rabia hacia quienes encienden la llama, quienes agitan el avispero, que no son los que les apoyan, sino quienes se reparten el pastel desde el gobierno o desde la oposición (por llamarlos de alguna manera).
Sólo un aviso para navegantes. También soy especialmente sensible al calor. Así que es posible que me queje en X y que me caiga la del pulpo de nuevo. Me sigue gustando ese patio de vecinos. Así que me lo tomaré con deportividad.
En un post, cualquiera sea, erudito o no, el primer comentario (o el segundo) es crítico. El que sigue es a favor del originario. Sale un tercero a favor de alguno de los dos que se agarraron y así se arma la trifulca. No hay algo que se pueda hacer. Gente vacía, y eso da pimentón a sus vidas. Secas vidas, pero vidas al fin.
X(Twitter) tiene mucho ruido, pero es una alegría, un placer, una satisfacción, poder leer tus “tweets”. Ya sean sobre cuestiones tan “frívolas” o sobre otras más profundas, fuiste un descubrimiento hace ya tiempo y me alegro de poder ir leyendo tus trinos. Con esto solo pretendo agradecerte que sigas ahí ☺️