De un día para otro, recupero la vista perdida (la broma de las gafas me ha salido muy cara) y recupero libros como Sync, de Strogatz, que no podía releer porque no veía las letras. Mientras me graduaban la vista, la oftalmóloga me preguntaba:
-“¿Pero usas mucho el ordenador? ¿Y ves bien la pantalla? ¿Y por la calle?”.
-“No veo las caras pero distingo a las personas por su manera de estar y caminar”.
-”Hay que ver cómo el cerebro compensa las.. las… “
-”Discapacidades. Sí. Es un alivio”.
Así que lo primero que hice fue irme a un parque a releer, por fin, mi capítulo favorito, “The Human Side of Sync”. Me encontré con ejemplos que yo he puesto en alguna charla, hablando del orden espontáneo como fenómeno natural, y que nunca recordaba de dónde habían salido. Con ideas que tengo perfectamente integradas en mi visión del universo, pero que si me preguntas “¿Y eso de dónde sale?” no habría sabido responder. Vuelvo a disfrutar con la teoría de Duncan sobre las modas y cómo se puede mapear la red de contagio, o de influencia. Y pienso en tuiter. ¿Es una enorme cámara de eco? Para algunos, seguramente.
Pero, sobre todo, creo que tuiter es una cámara de compensación. Los que viven demostrando que son geniales, se esfuerzan en seguir demostrándolo. Los que encierran un “adolescente elongado” (doy las gracias a quien me proporcionó esa definición), lo exhiben… y así, de un modo u otro, todos utilizamos la red social como cámara de compensación. Tal vez por eso, el tuitero desvirtualizado, en general, pierde ese halo de misterio, de estupidez o genialidad, y ya nunca vuelves a leerle como antes. Ahora escuchas mentalmente su voz cuando lees sus tuits, y entiendes el tuit en su contexto. Y eso marca una gran diferencia.
La mente, se me ocurre, vive compensando nuestras mierdas. Casi todas las manifestaciones culturales los son. Los sesgos, tan demonizados hoy, en origen nos salvaban del exceso de información, de nuestras limitaciones. Un poco de ceguera mental te libra de ver lo que no puedes afrontar, lo que no quieres reconocer, lo que no sabes qué hacer con ello. Ser muy consciente y ver todo (o mucho) desestabiliza, si no sabes relativizar, al mismo tiempo. Compensar y mantener el equilibrio.
Un placer leer y releer sus artículos.
¿Por casualidad se ha cruzado en su camino "La transformación de la mente moderna" / "Cómo las buenas intenciones y las malas ideas están condenando a una generación al fracaso" Escrito por Greg Lukianoff y Jonathan Haidt?
Si no ha sido ha si, creo que es una lectura interesante, máxime cuando los autores se preocupan más en descubrir causas antes que culpables.
Saludos.